La concepción de la casa IG surgió a partir de dos condiciones del cliente que trazaron el eje de estrategias con las que se abordó el proyecto.

En primer lugar, la familia buscaba una casa abierta y que gozara de una configuración espacial que permitiera habitar la casa sin esfuerzo, volcada al interior y aprovechando la parte posterior del terreno donde se encuentra una cañada para generar vistas importantes del proyecto.

El reto de aminorar el desnivel del terreno combinado con la inquietud de generar los muros de tierra compactada, dio por consecuencia la idea de enterrar la casa, de labrarla en el terreno, permitiendo enfatizar el “vuelco al interior”, hacia el patio.
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De la planta baja emergen muros de concreto aparente pigmentado en tonos de arena que remiten a los muros de tierra. La distribución programática de la casa se encuentra dividida en planta baja por una célula privada en la que se localiza la recámara principal que incluye, baño vestidor, patio, estar de tv y acceso al estudio en planta alta. Esté núcleo tiene la función de ser un refugio más íntimo. La recamara principal se conecta con el área social de dos maneras, el pasillo de ingreso y a la vieja usanza de un castillo mediante una puerta fantasma que permite al anfitrión aparecer en el salón de forma inesperada.